Es la tristeza quien arrastra las olas que invaden y se retiran en constante compás.
Ahora te dejo, ahora te saqueo
y el paso del tiempo se congela en una foto de larga exposición.
Todo es igual porque pasa más rápido, todo pasa más rápido porque nada cambia
en la melancolía como forma de ser, de existir.
La felicidad en este caso es simplemente percatarse, tener conciencia del camino,
aunque a veces vayas descalzo y no haya más que guijarros puntiagudos.
Soy yo en silencio y sonrío.